Qué palabra más… triste, profunda y para mí, bonita. ¿Cómo iba a saber cuál era su exacto significado?, podía tener tres o cuatro años recién cumplidos, lo que si sabía era el efecto que la palabra producía en mi ánimo. Del contexto de lo leído, sin duda, deducía la tristeza por algo querido e irremediablemente perdido. Tal vez lo que tenía era el presentimiento de que a lo largo de mi vida también yo iría dejando atrás cosas importantes —por supuesto que no tenía ni idea de qué—, pero ahora ya sé que siempre vamos dejando cosas por el camino, cosas irrecuperables como la niñez, más tarde la adolescencia… la inocencia, y sobre todo, a seres muy queridos.
Es una palabra que, sin entender su significado, quedó grabada, para siempre, en mi vocabulario de palabras preferidas, por las nuevas sensaciones que acababa de despertar en mi ánimo.
Hoy la voz de NAT KING COLE, me ha recordado esa sensación…
Ya en mi adolescencia Había una canción que contenía la misma palabra y me producía intensa emoción, mitad dulce mitad triste:
“Desde la colina contemplé, donde yo mi amor te confesé, el tiempo ha pasado, todo lo ha borrado, tan solo NOSTALGIA sentiré”
Me encantaba la canción y sentía, ilusoriamente, la dulce nostalgia de ese amor ya acabado (aunque todavía no tenía ninguna experiencia en el amor).
Al cumplir dieciocho años me trasladé a San Sebastián durante todo un curso. Disfruté mucho en mis clases de diseño de ropa, nunca falté a una clase, eso que tenía compañeras que continuamente me invitaban a sus fiestas, pero yo quería aprovechar muy bien mi tiempo. Los fines de semana era distinto, salía con una prima, a la que adoraba, y que también estudiaba en San Sebastián. A menudo los pasábamos en Deva, que era su auténtico domicilio —claro, y de mis tíos—, ella tenía allí su cuadrilla de amigos, todos encantadores.
Durante la temporada baja preparaban unos maravillosos guateques en el hotel de los padres de una de las amigas. Nos dejaban la sala de baile, cuyos grandes ventanales daban a la playa, allí pasábamos la tarde merendando y bailando.
EN EL PIK UP SONABA LA VOZ DE NAT KING COLE………………
Aquellos ojos verdes, de mirada serena, dejaron en mi alma, intensa sed de amar, anhelos de caricias, de besos y ternuras, de todas las dulzuras, que sabían brindar… Aquellos ojos verdes…………
Aunque el cantante no pronuncia la palabra NOSTALGIA, yo siempre la he asociado con esta canción.
… Recuerdo muy bien escuchar la voz de Nat King Cole, cantando en español mientras yo bailaba. Y volver a sentir NOSTALGIA:
“No saben la tristeza, que en mi alma dejaron, aquellos ojos verdes, que ya nunca miraré.”
El cantante, con esa voz tan melodiosa y en un español desvaído, que aún la hacía más atractiva, cantaba nostálgicamente hablándonos de ese amor perdido. Hablaba de tristeza, pero todavía no he encontrado mejor definición para la palabra nostalgia que lo que aquella canción me hacía sentir.
Recuerdo con “Dulce Nostalgia” todas aquellas cosas vividas y perdidas: Las maravillosas vistas desde los grandes ventanales, mientras sonaba la música, en simpática y amable compañía, los bailes… — Perdí el contacto con la mayoría de aquellas personas al volver a mi casa. Queda el recuerdo de bailar ese bolero y sé que lo hacían muy bien… aunque, ninguno tenían los ojos verdes— Pero en aquellos momentos lo verdaderamente importante era, más que la música, más que la cálida voz del cantante, su mensaje y las sensaciones que despertaba en mí.
Inesperadamente…
Hoy he vuelto a escuchar a Nat King Cole y no he podido evitar sonreír durante todo el tiempo que ha durado la canción. He sentido esa dulce NOSTALGIA, de una etapa de mi vida en la que para ser feliz apenas necesitaba nada. Cuando las tristezas eran tan leves que hasta disfrutaba de sentir nostalgia, aunque casi no supiera cuál era su profundo significado. Todavía no había perdido a ningún ser querido y cualquier otra pérdida iba unida a instantes donde apenas atisbaba lo que era sufrir de verdad por una pérdida…
Así que, mi NOSTALGIA de hoy, tiene el sabor dulce de momentos que han dejado recuerdos gratos e inocentes de mi transitar por la vida.