Siguiendo con lo que sugiere el título de mi blog
Empecé a estudiar Derecho cuando ya tenía mi tercer retoño. Era una niñita adorable a la cual sentaba sobre mis rodillas mientras yo estudiaba. Ella se entretenía haciendo garabatos con un lápiz sobre mis libros de texto. Cuando ella se cansaba de dibujar, cerrábamos los libros y nos dedicábamos a otra cosa más en consonancia con las preferencias de mi encantadora niña. Madrugaba un poco, y estudiaba antes de que se despertase la familia. Dedicaba ese tiempo a lo que en mi casa consideraban que era mi hobby. Para mí era una asignatura pendiente.
Pero yo nunca he renunciado a nada. Cuando había algo que celebrar: una fiesta o cualquier otro evento… no lo dudaba. ¡Si ya llegaba tarde! Quería disfrutar de los conocimientos que me deparaba el estudio, pero sin renunciar a una vida “normalita».
Viajar ha sido y es para mi un auténtico placer, al que tampoco he renunciado en ningún momento.