Cuando llegaron, el British Museum estaba a punto de cerrar. Un conserje les previno: apenas quedaban unos minutos para el cierre. Ellos agradecieron la información, y tras comprobar en la entrada dónde se encontraba la chapter, en cuyo lugar se ofrecía la reconstrucción de la vida mesopotámica, se dirigieron allí sin perder un segundo.
Dos colosales toros alados con cabeza humana les franquearon la entrada. No se detuvieron para apreciar la magnífica reconstrucción del salón del trono. Llegaron al Departamento de Antigüedades Asiáticas Occidentales, sección de Obras Mesopotámicas y… ¡allí estaba! Destacaba entre el resto de las tablillas de barro por su tamaño y conservación. Sophia sintió el calor de las lágrimas descendiendo por sus mejillas.
—Ves, está ahí tal como te había dicho. Junto a los textos de los escribas de euma anul enul.
Lyonel la abrazó emocionado, pero no pudo evitar una punzada de dolor. Si todo era como ella lo había contado, y estaba demostrando que lo era, su madre había fingido ante él porque así se lo había pedido Sophia. Eso podía entenderlo. Pero cuando ella desapareció… ¿por qué no me contó nada? Podía haber sido una pista. Era otra prueba más que le dolía. Su madre no quiso ayudarle.
La gran felicidad que sentía por el desarrollo y avance de los acontecimientos con Sophia quedaba un tanto deslucida. La duda de si Arabelle, su propia madre, había llegado a un acuerdo con Alexius para desencadenar toda la trama que habían empezado a descubrir, se complicaba notablemente. Sobre todo, al conocer que también existía la posibilidad de localizar un tesoro escondido. Decidió no pensar en ello en esos felices momentos. Sin duda, tendría tiempo para hacerlo y para poder comentarlo con los doctores. Porque estos datos podían cambiar totalmente el aspecto del móvil que había llevado a Alexius y sus doctores a raptar a su esposa.
El poquísimo tiempo del que dispusieron en el museo sirvió para algunas explicaciones de Sophia sobre los cambios de fronteras en las distintas etapas por las que había pasado Mesopotamia, especialmente el reino babilónico.
—Resulta muy difícil localizar el punto concreto del que habla Ningal. Piensa en los cambios de fronteras que se producen desde el momento en que Asurbanipal derrotó a Mesopotamia y conquistó Siria y Fenicia. Más tarde, un nieto añadió Nínive, y Nabucodonosor conquistó Palestina, Siria y Egipto. Todo eso hace que sea preciso conocer cómo evolucionaron los límites o fronteras de Mesopotamia para comprender exactamente el territorio del que habla Ningal. Pero esto nos aclara muchas cosas. Como ves, en esta estela dice muy claro…
La risa de Lyonel sorprendió a Sophia.
—¿Qué he dicho que tiene tanta gracia?
—Querida, olvidas que yo no sé sumerio ni acadio, ni comprendo la escritura cuneiforme, y tú me dices que se ve muy claro. A mí todo eso solo me parecen muescas caprichosas sin ningún sentido. ¡Que se ve muy claro! —repitió, volviendo a reír hasta contagiar a Sophia.El vigilante llamó su atención. En el museo, además de los vigilantes, solo quedaban ellos y puede que algún otro rezagado,