abril 17, 2024

Recuerdos

Hoy, rescatando recuerdos entre tarjetas y fotografías, he encontrado algo que me ha llenado de ternura.

Ya sé que para la mayoría de los padres sus hijas son las princesitas de la casa. Para mi padre también. Él me mandaba tarjetas de príncipes y princesas con unos mensajes que hacía que me sintiese de verdad, como una de ellas. En la que he encontrado hoy, se ve a una pareja elegantemente vestida con ropas de la época Victoriana, en un precioso jardín, donde no faltaban los árboles como fondo y una hermosa fuente rodeada de bellas flores. La joven sentada en un banco del jardín y el joven, semi arrodillado, tomándole la mano.

Recuerdos | Carmen Fernández Alsasua | Escritora

La inconfundible letra de mi padre decía así:

“Por lo buena, bonita y estudiosa que eres, ¿Quieres casarte conmigo princesa María del Carmen?

—Sí príncipe encantador tu también eres bueno”.

Es de una ingenuidad que a mí hoy me emociona, porque a pesar del boato que luce la imagen, mi padre con ese dialogo lleno de candor, adecuado a mis pocos años, destacaba la bondad como lo más importante en la vida. En segundo término el estudio, es decir, el esfuerzo que correspondía a mi edad escolar. Me entusiasmaba mirar la tarjeta. Todo era muy atractivo. Pero leía muchas veces lo añadido por mi padre, y, aunque entonces no entendiera muy bien su significado, siempre he asociado la belleza de la naturaleza y de las personas, con la bondad.

Hay cosas que quedan incrustadas en el fluido que discurre por las venas, sin ser consciente de ello.

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