diciembre 30, 2020

Un baño muy extraño

Sí, resulta muy extraño tratar de introducirse en el líquido elemento y comprobar que, aunque el agua no te llega a las rodillas, no puedes avanzar sin peligro de caer de bruces al agua, a menos que utilices la maroma o cordón que, a modo de pasamanos, está instalado para evitar ese riesgo. Hay que aprender a mover los brazos y piernas sin intentar nadar, solo camina, aunque no hagas pie, da igual, camina y mueve suavemente los brazos para avanzar hasta el lugar donde deseas bañarte. Porque no conseguirás hundirte. Te puedes tumbar boca arriba o al contrario, pero has de hacerlo con cuidado, sin movimientos bruscos, así puedes permanecer sin ningún esfuerzo el tiempo que quieras; hay quien aprovecha para leer el periódico, pasa hoja sin problema porque no necesita usar las manos para mantenerse a flote. Tampoco los pies. Para salir, basta con mover la mano suavemente en la dirección adecuada, como si fuera un remo.
Un amigo que se burlaba de nuestra precavida forma de entrar en el agua, se tiró de cabeza en una demostración práctica de lo que decía. El agua le dio la vuelta antes de que sus pies llegasen a tocarla. !Imposible dominar la situación!, no encontraba la forma de adoptar la postura que buscaba. A todos nos hizo reír su lucha con el agua. Lo malo fue que, cuando siguiendo los consejos que le dimos, logró estabilizarse, tenía los ojos completamente rojos y decía que le ardían; y así estuvo durante horas después de muchos aclarados con agua destilada. Lo pasó fatal.
Moraleja: Si vas a bañarte al Mar muerto, sigue las reglas elementales, al menos en el primer baño. Enseguida sabrás muy bien cómo disfrutar en un lugar tan singular. Os aseguro que después, nadie tiene prisa por salir del agua.

 

 

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